La competencia desleal de los fabricantes y los descuentos online acabaron con 9.000 negocios en 2021, según UPTA
Las tradicionales zapaterías de barrio están en peligro de extinción. Sus principales depredadores, el dumping empresarial de los fabricantes y los constantes y agresivos descuentos de las grandes empresas y los gigantes del comercio electrónico, han ocasionado el cierre de 9.000 negocios de este sector en 2021 y la pérdida de 6.000 puestos de trabajo. Así lo denuncia la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), que advierte de la preocupante transformación de los comercios que aún sobreviven en meros probadores.
La misma fábrica que vende al detallista con un precio determinado y con unas exigencias para poder vender la marca, hace una competencia desleal al pequeño comercio, critica UPTA. El presidente del sindicato, Eduardo Abad, detalla que «las estrategias comerciales de los fabricantes pasan por saltarse a los pequeños comercios a través de operaciones de venta directa online o venta en plataformas propias o agrupadas. Además, algunas de estas plataformas tienen sus sedes sociales en paraísos fiscales, no tributan en España y simplemente cobran una comisión por venta que se diluye fiscalmente». Estas prácticas empujan a que miles de autónomos tengan que cerrar sus establecimientos «porque ya no son capaces de aguantar el dumping empresarial que se produce cuando el propio fabricante vende los productos por internet a precios reducidos. Los fabricantes llegan al extremo de asegurar, mediante el establecimiento de Códigos QR en las propias cajas del producto con promociones económicas especiales, que la próxima compra se realice online directamente a la fábrica, haciendo que los pequeños negocios queden relegados a ser meros probadores de calzado y de textil», añade Abad en declaraciones a LA RAZÓN.
Las incesantes campañas de descuentos son otra de las grandes amenazas para los pequeños comercios de zapatería. En estas promociones, los precios de venta son inferiores a los precios de compra de los pequeños comercios, sabiendo que el pequeño comercio compra con un desfase temporal de seis meses.
El cierre no es el único perjuicio derivado de estas prácticas, sino que el daño se extiende también al momento de la jubilación. «Se trata de negocios familiares con una trayectoria muy dilatada en el tiempo. Este tipo de comercios tienen una facturación media de entre 6.000 y 10.000 euros mensuales, dependiendo de la temporada, y generan uno o dos puestos de trabajo. Su cierre no solo es un grave perjuicio desde el punto de vista económico del negocio, sino también en los aspectos derivados de la futura jubilación de estos autónomos. Evidentemente cuando estamos hablando de personas con una edad superior a los 55 años lo que sucede es que se resquebraja su carrera de cotización», explica Abad.
La situación de estos establecimientos es límite, «no encuentran soluciones dialogando con los fabricantes y la falta de implicación de las patronales hace que la solución no sea nada fácil», advierte UPTA. Por ello, desde la asociación de autónomos están estudiando emprender acciones legales. «Creemos que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tiene que sentar a las partes para que, a través del Ministerio de Consumo, puedan establecerse unos parámetros en la relación entre fabricante y comprador, y así evitar una postura abusiva por parte del primero, que es lo que está ocurriendo ahora», defiende el presidente de UPTA. Las administraciones públicas también deben tomar cartas en el asunto. «Ya está bien. Las administraciones autonómicas, que también tienen una responsabilidad muy importante en la fijación de los tiempos de rebajas, de liquidaciones y de ofertas en el pequeño comercio, deben entrar a defender al pequeño comercio», reclama UPTA.
La urgencia de las medidas es vital para evitar la erradicación de este comercio típico de los barrios y pueblos españoles. «Si no se toman medidas drásticas por parte de las administraciones en materia de competencia desleal, pero también de promoción, estaremos ante el desmantelamiento del sistema de comercio tradicional», sentencia Abad.
Fuente: La Razón
