El comercio electrónico revoluciona la cadena de suministros

Uno de cada cuatro euros que genere el sector en 2026 provendrá de este canal

Aunque un gesto ya cotidiano como el de recoger un pedido hecho a una tienda online no tiene nada de épico, si se rebobinase el proceso hasta sus primeros momentos, la magnitud que adquiere llega hasta el punto de haber transformado en gran parte la cadena de suministros. Este es un nicho económico que engloba tres sectores (transporte, logística e inmologística) que representan el 10% del producto interior bruto (PIB) español.

“Estamos hablando de que sustituimos la entrega en tienda por millones de destinos que son las casas de los usuarios, de los ciudadanos”, corrobora Miquel Serracanta, director del Máster de Cadena de Suministro de EAE Business School en Barcelona. Este cambio de paradigma tiene múltiples impactos en el sector: tras la pandemia de Covid, la venta del canal virtua supone uno de cada cinco euros a escala global (20%) y para 2026 crecerá hasta uno de cada cuatro (24%), según un informe elaborado por la consultora Insider Intelligence.

Otro estudio, en este caso de Oliver Wyman y publicado en mayo de 2022, recogía que el comercio electrónico origina más empleos indirectos que el canal físico. Así, por cada puesto de trabajo generado para este canal, se crean 1,8 de forma indirecta.

La nueva tendencia de consumo exige, a su vez, una metamorfosis en la estructura logística. El propio Icex, en la presentación que hace para potenciales inversores, habla de tasas de crecimiento anuales de en torno al 24% solo en comercio electrónico, que tienen como consecuencia un aumento de la superficie requerida para operar, hasta abarcar más de 80,5 millones de metros cuadrados repartidos en más de 279 parques logísticos, vinculados principalmente al transporte marítimo (47% de la cuota) y al de carretera (41%).

Como señala el presidente de la Asociación de Centros de Transporte de España (ACTE), Ramón Vázquez, el papel de estos activos inmologísticos (nombre que reciben las inversiones inmobiliarias vinculadas a la logística) “es fundamental para regular los flujos de mercancías y la inversión inmologística en España”, que vivió un boom en 2016 y que a finales del ejercicio pasado superó, por segundo año consecutivo, los 2.000 millones de euros de inversión, según la consultora inmobiliaria Savills.

En cualquier caso, Vázquez advierte de que “la revolución se mantiene en el tiempo hasta el día de hoy, sin haberse percibido un techo”, y recuerda que esta cuantía ya es superior a la destinada a superficies como centros comerciales.

10% del PIB

Un 5% de las empresas constituidas en España se dedican al transporte y la logística, y otro 5% depende de la cadena de suministros; en total, el 10% del PIB, según CNAE.

La logística española distribuyó 100,3 millones de paquetes en las pasadas Navidades, un 5,3% menos que el año anterior. Síntoma que refleja, en opinión de Francisco Aranda, presidente de UNO Logística, “el importante impacto” que tienen las sucesivas crisis (suministros, energética y la inflación derivada) en un sector que actúa “como un indicador adelantado de la economía”. Sin ir más lejos, la patronal avisó a mediados de 2022 de “una regresión en la que se estaba enfriando la demanda”.

El actual escenario también preocupa a José Luis Galiana, presidente de la asociación Red de Ayuda Logística (Ralog), quien cree que estas crisis encadenadas han estresado “aún más, si cabe, la cadena de suministros global”, con interrupciones que “continúan en 2023″ y pueden “retrasar o limitar” la recuperación económica mundial. Vázquez expone cómo en inmologística ya “se están paralizando inversiones a riesgo”, mientras el cuello de botella está lastrando la fabricación de vehículos industriales.

Pero esta situación también ha propiciado una parte positiva, según Serracanta: “Hace más eficientes a los sectores y beneficia a las compañías que estaban preparadas”.

La patronal reclama agilizar la transferencia de los fondos Next Generation EU

Como tercera actividad económica con mayor afiliación (1,1 millones de trabajadores en 2022) y con un peso clave en la economía española (el país se sitúa en el número 18 a escala global, según el Logistics Performance Index 2018 del Banco Mundial), Francisco Aranda, presidente de UNO Logística, habla de la cadena de suministros como “una ventaja competitiva”. Exige, por un lado, volcar mayores esfuerzos en el transporte de mercancías vía ferroviaria, para el que se han destinado algo más de 327 millones de euros de ayudas europeas, según el Ministerio de Transportes, y, por otro lado, una mejora de la intermodalidad.

Desde la patronal opinan que agilizar la transferencia de los fondos Next Generation EU sería una “oportunidad magnífica» para salir de la crisis sin devaluar costes y “aportando valor añadido y ventaja competitiva» mediante más innovación y una doble transformación: digital y energética.

No obstante, la “introducción intensiva” de nuevas tecnologías (big data analytics, RPA, IoT, IA o machine learning) supuso “un cambio muy abrupto” en los procesos que, como indican desde la patronal, incidió también en el “capital humano”. Como resultado, José Luis Galiana, presidente de Ralog, alerta de que “el desarrollo y la contratación de profesionales cualificados no sigue el mismo ritmo” que el resto del sector.

Ramón Vázquez, presidente de ACTE, añade que, en un contexto de “cambio permanente”, la aspiración es conseguir “sistemas logísticos inteligentes” para abastecer al comercio, por lo que los centros logísticos serán “la llave para un desarrollo eficiente de las cadenas de suministros europeas”.

Fuente: Cinco Dias

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