El comercio inicia despidos y reduce pedidos por los costes energéticos y la contracción de la demanda

Confecomerç confirma despidos en la venta minorista por la escalada de precios en un clima agravado por la Covid y las altas temperaturas. Piden ayuda para paliar la crisis

La escalada de precios provocada por el crítico contexto internacional ha dejado ya su impronta en el pequeño comercio de la provincia de Castellón. Los establecimientos, incapaces de hacer frente a la imparable escalada de precios energéticos, sumada a la ya de por sí complicada situación del sector por la pandemia, se están viendo obligados a tomar decisiones drásticas. La primera, reducir plantillas o, en el mejor de los casos, ajustarlas al escenario actual. Y la segunda, llamar a sus proveedores para reducir pedidos.

El comercio no puede recibir más género, ya que no termina de dar salida al actual. La secretaria de Covaco-Confecomerç de la Comunidad Valenciana en Castellón, Teresa Esteve, alerta de la dramática situación que sufre el pequeño comercio. «Las ventas están disminuyendo drásticamente. Todas nuestras previsiones se han visto afectadas por la guerra. Después de la pandemia, pensábamos que íbamos a reflotar las ventas, pero el consumo se ha retraído y ahora estamos en mínimos», lamenta Esteve.

El comercio local de la provincia no puede soportar los costes actuales. «Abrir la persiana ya encarece la factura. Todo está subiendo y no podemos hacer frente a todos los costes», señala la secretaria de Covaco-Confecomerç CV, puntualizando que esta coyuntura se da en todas las localidades de la provincia. Especialmente crítico es el escenario del sector de textil y complementos. «Hay comercios que están llamando a los proveedores para reducir ya los pedidos de invierno. La bajada de ventas es muy notable y no pueden asumir nuevos pedidos que no se van a poder comercializar», subraya Esteve. Asimismo, la comerciante indica que, en el mejor de los casos, los despidos son temporales o bien se están ajustando a la situación, modificándose los horarios de trabajo para adaptarlos a los días en los que se prevén más ventas.

La ‘tormenta perfecta’ en la que se ve envuelta el comercio local castellonense se ve aderezada por la pandemia del coronavirus, que ya ‘tocó’ el bolsillo de los clientes y, también, por las temperaturas inusuales de este invierno, especialmente cálido y seco. Ello ha provocado que las ventas en el textil hayan caído estrepitosamente.

Fuentes de Confecomerç, que representa al 80 % del tejido comercial castellonense, explican que «la irrupción de la guerra está entorpeciendo el camino de recuperación del sector por factores como la inflación, crisis energética: principalmente gas y petróleo, que repercute en el transporte y la logística, aumento del precio materias primas». «Aquellos subsectores que dependen de la importación de materias primas de Rusia como productor de estos alimentos están notando el impacto. Estas consecuencias son tanto en la oferta como en el incremento de los precios», indican.

Los comercios afrontan este escenario tras la invasión rusa con «preocupación» ante un mercado energético que sufre alzas cada vez mayores, al igual que las materias primas, por lo que ahora mismo se hace necesario un plan de choque que incluya medidas para proteger a unas empresas que viven un contexto económico ciertamente complicado. «Si ya antes de la guerra, la subida de costes energéticos y de materias primas se calculaba en un efecto de 11.000 millones de pérdida de capacidad adquisitiva de los hogares ahora mucho más. La noticia del conflicto bélico provoca un entorno de incertidumbre e inseguridad, porque no sabemos hasta dónde van a llegar las consecuencias ni hasta cuándo se va a prolongar», lamenta Confecomerç.

Los comerciantes deben hacer frente en el marco de esta situación de inflación alcista «a un aumento de sus costes fijos, causados por el cada vez más desmesurado precio de la energía que repercute en su cuenta de explotación, así como de las materias primas, que derivan en unos márgenes cada vez más reducidos, con unas ventas que no son las mismas que antes de la pandemia y ante un panorama internacional que no ayuda en esta etapa de reactivación empresarial», lamentan.

EXIGEN MEDIDAS COMPENSATORIAS

Para el comercio el alza de la energía supone un doble impacto, primero porque representa un mayor gasto estructural para la empresa, siendo imprescindible la luz para el desarrollo de su actividad, y segundo porque para los consumidores supone un gasto extra en los hogares que les resta capacidad adquisitiva, por lo que «pedimos medidas que amortigüen esta situación a nivel nacional y autonómico» que pasen por, en primer lugar, «medidas compensatorias para hacer frente al alza de la energía; en segundo lugar pedimos fórmulas que ayuden a incentivar el consumo, plenamente afectado por estas circunstancias, y en tercer lugar medidas para contener los costes fijos, que ahora mismo suponen para el comercio una pesada carga que le resta capacidad de acción en una etapa tan importante de recuperación», concluye la patronal.

Por su parte, la presidenta de la asociación Comerços del Raval de Sant Félix y plaza Clavé, que agrupa a unos 80 comerciantes, Inma Molina, aseguró que ya se comienza a notar cómo los clientes únicamente adquieren productos de primera necesidad en los locales, bajando así las ventas de otros productos. Por ello, instan al Gobierno a reducir o suprimir el IVA de los productos de primera necesidad y suministros al comercio y a los consumidores para elevar así su poder adquisitivo.

CAE LA AFILIACIÓN DE AUTÓNOMOS EN EL SECTOR COMERCIAL

La afiliación de autónomos en el sector del comercio no pasa por su mejor momento. Así se refleja en las estadísticas facilitadas por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) relativa al mes de febrero de 2022, último con datos disponibles. El mes pasado, Castellón registró 10.169 afiliaciones en este sector, un 0,2 por ciento menos que en el mes de enero, con 10.187 autónomos comerciantes. Si comparamos el dato con el último de 2021, el de diciembre, vemos que la caída fue del 0,8 por ciento, ya que en aquella mensualidad se anotaron 10.254 afiliaciones.

La tónica de Castellón es similar a la de Alicante. En febrero de este año, la provincia alicantina registró 35.060 afiliaciones de autónomos en el comercio, un 0,6 por ciento menos que en diciembre del año pasado. En el caso de la comparativa con enero, el incremento intermensual fue del 0,1 por ciento.

Si estudiamos los datos de Valencia, observamos que en febrero el pequeño comercio valenciano registró 44.851 afiliaciones de autónomos comerciantes, prácticamente la misma cifra que en el mes de enero. Con respecto a diciembre, la caída fue del 0,9 por ciento.

A nivel autonómico, la Comunidad Valenciana registró en febrero 90.080 afiliaciones de comerciantes, prácticamente igual que en enero de 2022. Con respecto a diciembre, cayó un 0,8 por ciento.

Fuente: El Mundo

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Fecha: 14/05/2024

Organiza: Cámara Comercio de Castellón

Modalidad: Presencial

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