El sector del comercio minorista es uno de los que más está sufriendo la actual coyuntura económica, a la que cabe sumar en su caso, además, el impacto de la transformación en los hábitos de compra, con el auge del ecommerce y la concentración de grandes marcas. Si bien el ecosistema comercial de Alicante se va renovando periódicamente y el cierre de un comercio suele dar paso al poco tiempo a la apertura de otro, lo cierto es que la dinámica de los últimos trimestres no es positiva.
Así lo constatan los datos recogidos por la Federación de Comercio de la Pyme (Facpyme) y consultados por Alicante Plaza: desde el verano de 2021, solo ha habido un trimestre en el que el saldo entre altas y bajas en la ‘población’ de comercios de la provincia haya sido positivo: el segundo trimestre de 2022. Con esta excepción, tanto los autónomos que regentan su propio negocio como los autónomos empleadores (con personal por cuenta ajena a su cargo) y las sociedades mercantiles que se dedican al comercio han encadenado un año de contracción.
La tendencia es algo más acusada aún en el caso de los autónomos. A partir del crecimiento experimentado en el segundo trimestre de 2021, este segmento ha acumulado tasas netas de crecimiento negativas hasta finales de 2022, con la excepción ya señalada: -0,78 en el tercer trimestre, -0,57 en el cuarto, -0,32 en el primer trimestre de 2022, +0,21 en el segundo, y de nuevo -1,43 (la peor tasa desde el confinamiento de 2020) en el tercero. En este periodo, han abandonado el censo de comercios de la provincia 4.185 autónomos, mientras se incorporaban 3.533.
En el caso de empresas y autónomos con empleados, el comportamiento es algo más positivo, pero en cualquier caso la tendencia a la destrucción del tejido es común. Tras crecer en el segundo trimestre de 2021, encadenan tasas negativas hasta finales del año pasado, con la excepción del segundo trimestre. El peor periodo, de hecho, es el tercer trimestre del año pasado, con una tasa de -1,58. Sin embargo, en este caso hay que destacar que el excelente dato del segundo trimestre de 2022 (+2,1) compensa a los negativos, de manera que en el periodo analizado se crean 1.959 comercios en la provincia, al tiempo que se destruyen 2.009. Prácticamente equilibrio.
Al respecto, el presidente de Facpyme, Carlos Baño, señala que «la crisis, la inflación, las subidas de tipos de interés generan incertidumbre de cara al futuro y está condicionando mucho el consumo, puesto que afecta al poder adquisitivo de las familias». Esta situación «está afectando de manera especial al pequeño comercio, frente a otros sectores que no están sufriendo en la misma medida este descenso del consumo, como puede ser la hostelería», argumenta.
Además de este freno al consumo, Baño advierte de que el comercio tiene que hacer frente a cuestiones que amenazan su rentabilidad y viabilidad, «como son los costes energéticos, dado que los comercios permanecen iluminados y climatizados durante todo el horario de apertura comercial», o las consecuencias derivadas de la guerra en Ucrania, que han provocado un incremento general de los costes «que obliga a trasladarlo al precio de venta de los artículos, lo que por supuesto repercute de manera negativa en el consumo».
Por otro lado, Baño cuestiona también la última decisión del Gobierno sobre el incremento del salario mínimo interprofesional, «otro factor que repercute en los costes que debe soportar el comercio, pues en su mayoría son pequeñas empresas o autónomos con menor capacidad de maniobra que las empresas grandes». En este sentido, señala, «desde el sector se han pedido ayudas a las administraciones para poder hacer frente a esta subida del SMI pero no hemos tenido respuesta».
Fuente: Alicante Plaza
