El sector minorista y mayorista de la UE necesita invertir hasta 600 mil millones de euros hasta 2030 para hacer frente a la triple transformación: digitalización, sostenibilidad y más habilidades y talento

El comercio minorista y mayorista es un sector económico clave en la Unión Europea, y ahora se encuentra en medio de una «Triple Transformación» acelerada . Aceptar este desafío requerirá importantes recursos e inversiones, pero ayudará a los minoristas a avanzar hacia modelos comerciales más sólidos y sostenibles.

Una investigación conjunta realizadas por EuroCommerce y McKinsey & Company estima que para lograr la triple transformación de la sostenibilidad, la digitalización y las habilidades y el talento para 2030, es probable que el sector minorista y mayorista de la UE necesite realizar una inversión de hasta 600 mil millones de euros, según el informe Transformando el sector minorista y mayorista de la UELos sector del comercio minorista y mayorista son claves en la economía de la Unión Europea (UE). Comprenden casi 5 millones de empresas, lo que supone alrededor de una quinta parte de todas las empresas registrado en la UE. Minoristas y mayoristas emplean a más personas que cualquier otro sector privado: alrededor de 26 millones -el 13%de la mano de obra-. De forma agrupada, estos sectores las empresas reúnen aproximadamente un tercio de necesidades totales de consumo de los hogares en la UE, generando ingresos anuales que se aproximan a los 7 billones de euros.

Son sectores que estén en medio de una transformación acelerada. Las demandas de los consumidores están cambiando y el comercio electrónico, la necesidad de descarbonizar la economía y el envejecimiento de la población representan una amenaza para los actuales modelos de negocio, al mismo tiempo que brindan oportunidades para el crecimiento. Para aprovecharse de estas y otras oportunidades, minoristas y mayoristas debe invertir en tres áreas hasta el año 2030: sostenibilidad, digitalización y habilidades y talento. Movimientos audaces las tres áreas traerán beneficios para empresas, consumidores, proveedores y la economía global de la UE:

  • Sostenibilidad. El sector necesita desempeñar su papel en la descarbonización del economía para cumplir con los objetivos de la Acuerdo de París sobre cambio climático. La cadena de valor contribuye en un 40% del total de gases de efecto invernadero de la UE en emisiones de gases (GEI). Menos de un 5% procede directamente de las propias operaciones del sector y alrededor del 95% de otras actividades por encima y por debajo de la cadena de valor (por ejemplo, agricultura, fabricación y transporte). En sostenibilidad, el sector debería invertir hasta 335 000 millones de euros para reducir el impacto de la volatilidad de los precios de la energía, promover la sostenibilidad en sus cadenas de valor, tanto para garantizar el cumplimiento de la normativa como para satisfacer la creciente demanda de los consumidores en opciones sostenibles.
  • Digitalización. Las interacciones digitales son ya la norma. La cuota del comercio electrónico se duplicará, pasando del 15 al 30% en 2030, y se espera que se produzca un crecimiento del 90% en el sector. Ochocientos mil millones de gigabytes de datos de clientes se generaron en 2021 en todo el mundo. La utilización de estos datos mediante sistemas avanzados de analítica e inteligencia artificial, junto con el alto potencial de automatización, ayudará a las empresas a maximizar la creación de valor. Además, los avances tecnológicos harán la adopción más fácil. La transformación digital necesita de un inversión de hasta 230.000 millones de euros para permitir que el sector evolucione hacia una industria verdaderamente omnicanal que brinde una experiencia perfecta para los clientes, impulse la automatización en toda la cadena de valor, escale los análisis avanzados para impulsar el crecimiento y la eficiencia operativa, y modernice la TI.
  • Habilidades y talento. Siendo el sector privado empleador más grande de la UE, el sector puede impulsar la mejora de las cualificaciones y la reconversión de la mano de obra actual, así como la mejora de la productividad de los empleados.  Para ello se estima que es necesaria la realización de una inversión adicional de hasta 35 mil millones de euros para ayudar a expandir los programas de aprendizaje y apoyar la evolución de habilidades y roles que permitirían las otras dos transformaciones.

 

Con la transformación en estas tres áreas, minoristas y mayoristas podrán aumentar su resiliencia, cumplir sus misiones sociales y ambientales y desbloquear nuevas oportunidades de negocio más allá del comercio tradicional. Oportunidades que pueden atraer y retener talento más fácilmente, y ayudar a los que los empleados  puedan beneficiarse de más formación y del desarrollo de una vida profesional. Por su parte, los consumidores podrán beneficiarse de disponer de más opciones y conveniencia, así como permitirles asumir más responsabilidad  en la lucha en proteger la tierra, el agua, la biodiversidad, la salud y mejorando la seguridad de las comunidades, así como reduciendo las emisiones de GEI. 

En general, esta triple transformación permitirá al sector avanzar hacia sistemas más eficientes, robustos y hacia modelos de negocio más sostenibles. Pero para que se produzca esta triple transformación, minoristas y mayoristas deben aumentar sustancialmente sus inversiones. Según el modelo de McKinsey, las empresas del sector necesitarán  incrementar su inversión, de media, entre un 0,8% y un 1,6% de sus ingresos anuales hasta 2030. Esto equivale a un total de 315.000 millones de euros si las empresas se fijan objetivos menos ambiciosos (en un escenario conservador)  y hasta 600.000 millones de euros si el sector asume más compromisos (escenario ambicioso). La inversión que deben afrontar las pymes representaría alrededor del 10% (entre 35.000 y 60.000 millones a €) del total. Esto equivale a, aproximadamente, una cuarta parte del margen EBITDA del sector, una parte considerable de los ingresos, en un industria caracterizadas por  los bajos márgenes – los márgenes EBITDA se sitúan, habitualmente, entre el 4-6% en el comercio minorista de alimentos y entre el 4-10%  en el comercio minorista no alimentario-. Y el sector mayoristamaneja los márgenes aún son más bajos.

Según el informe, desde una perspectiva global,  las empresas europeas invierten menos que las de otras regiones. Actualmente, los minoristas y mayoristas de la UE invierten la mitad que los players de otras regiones (3,6% en el UE en comparación con el 6,7% de Norteamérica para grandes empresas). Esta brecha de inversión podría convertirse en un lastre para los operadores europeos a medida que la competencia es cada vez más global en la era digital.  Además,  el vertiginoso aumento de los precios de la energía y de la inflación,  la pandemia de COVID-19, las interrupciones en la cadena de suministro y la guerra en Ucrania han provocado que muchos operadores difieran la inversión para proteger su futura viabilidad económica. El informe señala que los minoristas y mayoristas necesitan encontrar formas de transformar el sector de una manera que equilibre los objetivos a corto y largo plazo.

Se puede consultar el informe aquí.

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