La inflación, el alza de tipos y la presión fiscal se ceban con el comercio: 14 tiendas echan el cierre cada día en España

La creación de empresas cae un 2,1% en 2022 y las disoluciones se disparan al máximo desde 1995

David es ferretero y tiene una tienda en el barrio desde hace más de 10 años. Ahora está a punto de cerrar su negocio porque las ventas se han desplomado y ya no puede asumir los costes. Si la situación no mejora y termina por echar el cierre, este autónomo engordará la estadística de empresas que han tenido que bajar la persiana de forma definitiva en esta crisis. La inflación, el incremento de los costes, la subida de tipos de interés y el endurecimiento de las condiciones de financiación o la mayor presión fiscal están detrás de esta sangría que afecta, sobre todo, a los trabajadores autónomos y a los pequeños comercios.

Cada día desaparecieron 14 tiendas en España en 2022, un año que arrancó con buenas expectativas económicas tras dejar atrás lo peor de la pandemia pero que se truncó con la escalada de la inflación agravada por el estallido de la guerra en suelo europeo. Son más de 400 cierres todos los meses. Unas 5.000 empresas disueltas en el conjunto del ejercicio. Una de cada cinco empresas desaparecidas el año pasado se dedicaban al comercio, según consta en los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE).

La estadística de sociedades mercantiles dibuja una foto finish de 2022 en la que el tejido empresarial patrio sale poco favorecido. Desaparecieron un total de 26.207 empresas, lo que supone un 10% más que el año anterior y la cantidad más elevada desde que se empezó a elaborar esta estadística en 1995. Hasta ahora, el año 2013, uno de los más negros de la crisis financiera, ostentaba el máximo de la serie histórica, con 24.616 disoluciones.

Ni en 2020, en plena pandemia, se destruyeron tantas empresas. En gran medida, gracias al escudo que ideó el Gobierno para evitar una avalancha de quiebras por las restricciones a la actividad que forzó el Covid. Pero la moratoria concursal concluyó el verano pasado y las estadísticas están empezando a reflejar ahora que ya se han puesto en marcha muchos de los concursos latentes, según indica el economista Javier Santacruz.

El comercio es la actividad más afectada por los cierres, por varios motivos. Por un lado, la demanda de bienes duraderos de los hogares se está restringiendo en un contexto de moderación de los hábitos de consumo, que también se extiende a la alimentación, debido al fuerte repunte de los precios que ha instalado la inflación subyacente en el 7,5%. Por otro lado, se trata de un segmento de negocio muy expuesto a los precios del alquiler y, por tanto, muy afectado por las subidas, tal y como recuerda Santacruz.

Adicionalmente, hay que tener en cuenta que la subida de los tipos de interés y el endurecimiento de las condiciones financieras están penalizando en mayor medida a las empresas de menor tamaño que no disponen de las mismas fuentes de financiación que las más grandes, según explica Alicia Coronil, economista jefa de Singular Bank, que señala también que la mayor presión fiscal está empezando a permear en la economía española al hilo de la subida de cotizaciones sociales en una coyuntura en la que «las empresas están viendo sus márgenes cada vez más constreñidos».

Desde la patronal de las grandes empresas de distribución Anged apuntan que esta tendencia, que se viene registrando desde la pandemia, afecta principalmente al colectivo de trabajadores autónomos y al pequeño comercio especializado. Los datos hablan por sí solos: en 2022 se perdieron 111.200 autónomos, una «auténtica catástrofe» para el presidente de ATA, Lorenzo Amor, que tras conocer la EPA del cuarto trimestre ya advirtió de que el nuevo año estos profesionales «se enfrentan a una situación muy delicada, con unos gastos de producción en muchos casos por encima de los ingresos que están registrando» y demandó que se tomen medidas de apoyo a los autónomos y al tejido empresarial, huyendo de «castigar a los que emprenden, a los que emplean y a los que generan empleo y actividad».

Del otro lado de la moneda, la estadística del INE constata que el año pasado también cayó el número de sociedades creadas, un 2,1% anual, concretamente, hasta las 99.067 empresas constituidas en un contexto de incertidumbre y malos augurios. Para la patronal de la pequeña y mediana empresa Cepyme el dato de creaciones es «razonablemente bueno», mejor que los registrados en años de pujanza económica como 2017, 2018 o 2019. Estos datos reflejan, a juicio de la organización empresarial, que «en España no hay un problema de falta de espíritu emprendedor ni de pocas constituciones de empresas sino de elevada mortalidad del tejido productivo».

Desde la patronal que preside Gerardo Cuerva, vicepresidente de la CEOE, recuerdan que diciembre y enero son los meses en los que tradicionalmente se disuelven más empresas y que el máximo histórico se alcanzó en enero de 2019, con 4.157 disoluciones. En los últimos diez eneros, el incremento de disoluciones con relación a diciembre fue de 30%. «Si en enero de 2023 el incremento hubiera sido ese, podría haberse ya registrado un nuevo máximo histórico, con unas 4.200 disoluciones», avanza Cepyme.

Fuente: El Mundo

 

 

 

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