La inflación enfría el crecimiento del comercio electrónico en España

Aunque los despidos masivos se habían concentrado hasta ahora en el sector tecnológico, esta tendencia ha llegado al retail. Zalando despedirá al 5% de su plantilla mundial (850 trabajadores), formada por 17.000 personas; Ebay prescindirá del 4% (500 empleados) y Shopify recortará un 10% su plantilla (1.000 empleados). Incluso un gigante como Amazon ha procedido al despido de 18.000 personas y ha paralizado la construcción de nuevos centros logísticos hasta 2024. Las compañías coinciden en las causas: la disparada inflación ha reducido la confianza y el poder adquisitivo de los consumidores. Ha llegado el fin del ‘boom’ vivido durante la pandemia, cuando el comercio electrónico aprovechó los confinamientos para registrar sus mejores cifras.

“Crecer al mismo ritmo que durante los meses de pandemia no es un objetivo realista porque el escenario fue completamente excepcional”, apunta el presidente de la patronal logística UNO, Francisco Aranda. En 2021, el comercio electrónico alcanzó los 57.700 millones de euros en España, un 11,7% más que el año anterior, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Un año antes, el crecimiento había sido del 5,8% y se alcanzaron los 51.600 millones de euros respecto al 2019. Aún no hay datos definitivos sobre el crecimiento del comercio electrónico en 2022 en España, pero a nivel regional ya se nota el menor número de ventas. Según el último informe de Interactive Media in Retail Group (IMRG), en Europa el ecommerce ha caído un 2,2% en enero de este año y la asociación Ecommerce Europe alerta de “una normalización y estabilización de las ventas en comparación con el año anterior excepcional”. Cabe destacar que el 24% de las compras totales registradas en 2021 en España se realizaron a través de Internet, una cifra que supera la media europea (16,8%) y la estadounidense (14,6%).

“A partir de la segunda mitad de 2022 detectamos que la curva de crecimiento del comercio electrónico comenzó a ralentizarse”, añade el presidente de la patronal de logística. Este momento corresponde a la subida de la inflación, a las subidas de tipos de interés por parte de los bancos centrales y al escenario de incertidumbre económica, unos factores que impactan directamente en la renta disponible de las familias y, por tanto, en las compras online. En el sector de la moda ya acusan el cambio: según la patronal del sector, Acotex, la venta online ha retrocedido desde el 20% registrado en 2020 hasta el 12% en las rebajas de invierno.

La ralentización del comercio electrónico comenzó a notarse a comienzos del último trimestre del 2022. “En las navidades pasadas hemos visto que la gente anticipó sus compras navideñas a las ofertas del Black Friday”, explica el director comercial y de marketing de la compañía de logística Sending, Andrés Fernández.

VUELTA A LA NORMALIDAD

De todos los sectores, el impacto será mayor en aquellos bienes que no son de primera necesidad, como los productos de tecnología, moda, material deportivo o materiales de construcción, todos ellos productos con una demanda alta durante la pandemia y que ya han visto descender sus ventas. “Si dejamos aparte el caso de la alimentación, durante la pandemia primaba la compra online de todos aquellos productos que tenía sentido comprar para poder sobrellevar el hecho de pasar mucho tiempo en casa de manera obligada”, explica el director B2C de DHL Parcel Iberia, Daniel Pastrana.

Un ejemplo es Zalando. El marketplace acumula pérdidas desde comienzos del 2022 y solo en el tercer trimestre los números rojos alcanzaron los 35,4 millones de euros. Por su parte, Amazon cerró el ejercicio con unas pérdidas de 2.722 millones de dólares frente a los beneficios récord registrados el año anterior (33.364 millones de dólares). Ninguna de las dos compañías ha respondido a este medio.

Dentro del comercio electrónico destaca el hundimiento de las entregas ultrarrápidas. Glovo ha registrado pérdidas brutas de 304 millones de euros en 2022 y ha ocasionado que su dueño, Delivery Hero, también perdiese otros 623 millones. GoPuff decidió irse del mercado español a mediados del año pasado ante el descenso de ventas y Gorillas fue finalmente comprada por Getir, su competidor. “Con la vuelta a la normalidad es lógico que el volumen descienda y que no todas las empresas que se crearon o implantaron en nuestro país durante ese periodo puedan mantener sus modelos de negocio”, manifiesta Aranda. Y la manera de consolidar volúmenes es a partir de absorciones. “El sector se está reajustando a la nueva realidad postpandemia, que es muy diferente a lo que sucedió durante el covid”, agrega.

Parte de esa adaptación contempla si realmente es necesario que una entrega se produzca en 15 o 20 minutos. “Es un mercado mucho más reducido de lo que parecía”, asegura Pastrana, ya que el cliente puede estar dispuesto a pagar un precio extra por este tipo de servicios solo en determinadas circunstancias, como la comida rápida o necesidades específicas en un momento concreto. Si no, “la sensibilidad de los compradores a los gastos de envío es alta y la gran mayoría de los consumidores están dispuestos a esperar por la entrega si con eso ahorran en este concepto”, añade.

RECUPERACIÓN EN 2024

Debido a la ralentización de la economía mundial, las empresas, y también las de comercio electrónico, están intentando adelantarse. Aún es pronto para estimar el impacto, aunque la patronal de logística espera meses complicados: “Parece evidente que no va a ser un año de crecimiento y que la verdadera recuperación podrá empezar a llegar en 2024”, siempre y cuando se aligeren las subidas de los tipos de interés y la inflación. “Es difícil saber cuánto tiempo se va a prolongar esta situación si tenemos en cuenta que depende de factores exógenos”, señala Pastrana. Las empresas como Inditex, Asos o El Corte Inglés ya están tomando medidas para afrontar la incertidumbre económica, como el cobro por las devoluciones online o establecer un precio mínimo para realizar los pedidos.

Lo que sí está claro es que, una vez superado este bache, el ecommerce continuará su ascenso. “Muchos de los consumidores que comenzaron a comprar online con la pandemia han adoptado este hábito de manera continuada, por lo que ahora la cuota de compras online es mucho mayor y la tendencia es que va a seguir aumentando progresivamente”, apunta Fernández. La manera, según explica GLS, será combinar la tienda online con la física, ya que “proporciona una experiencia más emocional y memorable para el consumidor”.

Fuente: El Periodico de España

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