IADC 2023-La inflación y su impacto en el gasto en alimentación de los hogares valencianos

Contexto

Desde el verano de 2021, la inflación¹ en España ha aumentado rápida y significativamente, situándose en términos de variación anual en el 6,5% en 2021 y en el 5,7% en 2022. En marzo de 2023 se ha situado en el 3,3% (más de dos puntos y medio por debajo de la registrada en febrero) pero con una inflación subyacente (que excluye la energía y los alimentos frescos) del 7,5% que marca un récord desde el inicio de la serie en 1986.

Aunque los diversos factores que han causado esta alta inflación van mejorando, persiste la incertidumbre de lo que puede pasar a lo largo del año 2023, siendo muy probable que todavía se produzcan aumentos significativos en los precios de muchos productos y servicios. FUNCAS prevé que el coste de los alimentos no elaborados crecerá hasta el 8,7%, frente al incremento del 13,6% para los alimentos elaborados.

Una alta inflación tiene consecuencias económicas negativas para la mayoría de las familias. En particular, afecta significativamente a su poder adquisitivo, es decir, a su capacidad para comprar bienes y servicios en base a sus ingresos. Especialmente entre las familias más vulnerables, aquellas que cuentan con unos ingresos más bajos, el incremento de los precios produce unas consecuencias más duras. Estos hogares generalmente gastan una mayor proporción de sus ingresos en alimentación y, por lo tanto, están más expuestos a la inflación².

Para hacer frente a esta situación, tanto el Gobierno Central como las comunidades autónomas están poniendo en marcha medidas de apoyo fiscal y plantean iniciativas para “aliviar” la carga económica que supone este aumento de precios para las familias. Estas medidas no están exentas de contestación de determinados sectores y deben enmarcarse en un complejo equilibrio entre lo que permite el marco legal, los principios básicos de libertad de empresa, la ponderación de posibles efectos indeseados que se pueden producir en los eslabones más débiles de la cadena de valor, su impacto en las siempre tensionadas cuentas públicas y la necesidad de las medidas tengan un efecto redistributivo y progresivo, es decir, que apoyen más a quien más lo necesita: las empresas más afectadas y los hogares más vulnerables.

El impacto del incremento de precio de los alimentos en el gasto de los hogares

El gasto en consumo final de los hogares valencianos alcanzó la cifra de 61.803 millones de euros en 2022, un 7,6% más que el año anterior, con un gasto medio en la compra de bienes y servicios de 29.774,70 euros³. Un 66,4% de este gasto se considera “no aplazable”, es decir, se refiere a la adquisición de bienes o servicios básicos o esenciales como la compra de alimentación, los gastos de vivienda, suministros, gastos sanitarios, de educación o servicios de cuidados, entre otros.

En el año 2022 una familia media valenciana tuvo que destinar 1.717 euros más de gasto, para la adquisición de los mismos productos y servicios que un año antes. En ese mismo año al menos una tercera parte de este “sobregasto” se habría generado por el aumento del precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas.

Centrándonos en el precio de los alimentos, los hogares valencianos destinaron 5.089,77 euros de media, el 17,1% de su presupuesto total (0,8 puntos porcentuales más que el año anterior). Entre diciembre de 2021 y 2022, se ha producido un incremento del gasto medio por hogar ⁴ de 525,36 euros solamente para la compra de alimentación.

Asumiendo una variación de la inflación media anual del 8,7% en el grupo de los alimentos para el año 2023, conforme a la proyección del IPC establecida por distintos analistas, estimamos que se generaría un nuevo incremento del gasto de 304,23 euros de media por hogar, incluso incluyendo la reducción del IVA a determinados productos en el primer semestre del año. Esto supondría que los hogares valencianos habrían tenido que afrontar un aumento del gasto en alimentación de 1.247,71 euros por hogar en tan solo cuatro años.

Una cesta de la compra más cara

De los 674 productos registrados en el Panel de Consumo Alimentario en España del Observatorio de la Cadena Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, aproximadamente el 80% han aumentado su precio de venta al público en 2022 en la Comunitat Valenciana (Gráfica 01). En algunos productos esenciales como las harinas y sémolas o el arroz, los incrementos han sido del 41% y del 24% respectivamente.

Gráfica 01: Evolución del precio de productos alimenticios en la Comunitat Valenciana, 2019-2022. Euro/kg o litro.

Fuente: Panel de consumo de alimentación en España. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

En comparación con la renta de los hogares (Gráfica 02), estimamos que, de media, en el 2022, las familias valencianas han tenido que dedicar 2,3 puntos porcentuales más de su renta disponible a la compra de bienes de comercio (alimentación, vestido y calzado, equipamiento del hogar, etc.) que en el año 2019. Específicamente, para la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas, han tenido que destinar 3,0 pp más que en 2019.

Gráfica 02: Porcentaje de la Renta media por hogar (RFD) que se dedica a la compra de bienes de comercio y, específicamente a la compra de alimentación y bebidas no alcohólicas. Comunitat Valenciana, 2008-2022.

Fuente: Elaboración propia con datos de la Contabilidad Nacional y Regional y Encuesta de Presupuestos Familiares (INE). Datos referentes al año l 2022 estimados. Renta media por hogar con alquiler imputado.

Dado que la mayoría de los convenios y salarios no están indexados al IPC ni cuentan con cláusulas de revisión salarial o cláusulas de salvaguardia ⁵, este aumento significativo de la inflación ha tenido un impacto directo sobre el poder adquisitivo de los hogares ⁶.

La renta de los hogares no ha crecido a la misma velocidad que la inflación (un 6% entre 2019 y 2021) y cuando los precios aumentan más rápido que los ingresos, el poder adquisitivo disminuye: las familias pueden comprar menos bienes y servicios con sus ingresos.

Además, el aumento en el precio en los bienes y servicios se produce, en muchos casos, de forma casi automática, mientras que las actualizaciones salariales o de prestaciones sociales y subsidios siempre se realizan con demora y no siempre de forma retroactiva, por lo que raramente se compensa la pérdida de poder adquisitivo de los meses anteriores. De hecho, como ya se ha indicado, los salarios han estado creciendo mucho más lentamente que la inflación, lo que implica una caída en el nivel de vida del empleado medio ⁷.

El dinero ahorrado durante la pandemia ha permitido a las familias responder al impacto, aunque empieza a agotarse. La tasa de ahorro de los hogares españoles se situó en el 5,7 % de su renta disponible en el tercer trimestre de 2022, 2,7 puntos por debajo del trimestre anterior y el dato más bajo desde el tercer trimestre de 2018. Y las subidas de tipos de interés ya está teniendo un significativo impacto en el incremento del precio de los préstamos hipotecarios y en el acceso y coste de la financiación bancaria.

Los hogares más vulnerables son los más afectados

La inflación tiene un efecto heterogéneo en el consumo de las familias, en función de la estructura de gasto, composición, capacidad adquisitiva, la capacidad de ahorro e incluso lugar de residencia, entre otros factores.

Con carácter general, los hogares que están más endeudados estarían más afectados por la inflación, dado el incremento de las tasas de interés de las hipotecas y de los créditos bancarios, ocasionados por las subidas de los tipos de interés que han acordado la mayoría de los bancos centrales, precisamente para reducir la inflación.

En la estructura de gasto de los hogares ⁸ cuya principal fuente de ingresos son subsidios y prestaciones por desempleo, el gasto en alimentación y bebidas no alcohólicas representa 4 puntos porcentuales más que la media. También tiene un peso relativo más alto en hogares que dependen de pensiones (+2 puntos), en los que el principal sustentador está parado (+2,4 puntos) o tiene 65 o más años (+2,2 puntos).

Estimamos que el aumento del precio de los alimentos está teniendo un efecto muy intenso en unos 480.000 hogares valencianos, que representan el 23,6% de la población (en torno a 1,2 millones de personas) ⁹. Son hogares que están en situación o riesgo de pobreza. Otro 52% de la población, que pertenece al amplio segmento de la denominada clase media (1,06 millones de hogares y 2,6 millones de personas aproximadamente) también está sufriendo, en gran medida, la inflación alimentaria, pero en este caso, generalmente disponen de una mayor capacidad y recursos para afrontarla.

Adicionalmente, la capacidad de adaptación de los hogares en sus pautas de consumo es más limitada conforme se reduce el poder adquisitivo. La compra en alimentación es inevitable e irrenunciable frente a otros gastos que pueden ser aplazables. Pero muchos hogares no tienen la posibilidad, o solo en un porcentaje reducido, de renunciar o postergar gastos, ya que deben dedicar sus limitados ingresos al pago ineludible de gastos de vivienda, suministros básicos, energía, combustibles, alimentación, transporte, educación o salud.

Medidas de apoyo para las familias valencianas más vulnerables: Bono Cesta de la compra

El presidente de la Generalitat Valenciana ha presentado el pasado 28 de marzo la iniciativa “Bono Cesta de la Compra” ¹⁰, dotado con un presupuesto de 48,44 millones de euros y que pretende llegar a más de medio millón de compradores. Las características de este bono son las siguientes:

• Periodo de solicitud y aplicación: desde el abril hasta el 15 de julio de 2023. Es decir, el plazo para gasta el importe total de ayuda es de cuatro meses.
• El bono se solicita telemáticamente y en su tramitación se apoya en la red de entidades y servicios sociales y su entrega se realizará a través de distintos puntos de distribución.
• Tipo de bono: se trata de una ayuda directa a través de la emisión de un bono en formato de tarjeta prepago, cargada con 90 euros.
• El bono solamente se puede utilizar para la compra de alimentos, por tanto, solo se podrá utilizarla en los comercios del sector de la alimentación de la Comunitat Valenciana.
• Beneficiarios: personas residentes en la Comunitat Valenciana, que pertenezcan a una unidad familiar que no supere una renta anual (del año 2021) de 21.000 euros.
• Esta ayuda es compatible con el Ingreso Mínimo Vital, la Renta Valenciana de Inclusión (RVI) y la ayuda de 200 euros del Gobierno la ayuda del Gobierno de España de 200€ que está abierta hasta el 31-3-2023.

De forma complementaria, las grandes distribuidoras de alimentación de la Comunitat Valenciana y un sector del pequeño comercio han acordado donar un millón de euros, con destino a ONGs y asociaciones sin ánimo de lucro, para la adquisición de alimentos. Las empresas participantes en esta iniciativa son: Alcampo, Carrefour, Consum, Dia, Dialprix, El Corte Inglés, Hiperber, Lidl, Más y Más, Mercadona, Spar, la asociación de supermercados Asucova y el pequeño comercio representado por Confecomerç.

La dotación de este bono junto con la ayuda de las distribuidoras supone, aproximadamente, el 0,44% del gasto que los hogares valencianos van a destinar a la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas en 2023. Estimamos que este bono, en esta primera edición y si se ejecuta el presupuesto asignado en su totalidad, servirá para compensar en un 9,1% el impacto de la hiperinflación de los alimentos solamente en 2023, si se cumplen las previsiones.

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Notas

1. El fenómeno de la inflación es muy complejo y un aumento tan significativo como el que se ha producido a partir del año 2021 obedece tanto a razones cíclicas como estructurales, entre las que se pueden citar como más importantes, la fuerte demanda tras la reapertura después de la pandemia, la guerra en Ucrania, el precio de la energía, la política de cero Covid de China, cuellos de botella en las cadenas de suministro, el aumento de los costes laborales, la debilidad del euro, la política monetaria desarrollada desde el año 2008 y la existencia de estímulos fiscales masivos que han estimulado la demanda.
2. En economía, la hiperinflación es una inflación muy elevada, fuera de control, en la que los precios aumentan rápidamente al mismo tiempo que la moneda pierde su valor real y la población tiene una evidente reducción en su patrimonio monetario.
3. Estimación realizada por la Oficina Pateco a partir datos del INE.
4. Asumiendo, como hipótesis, que el peso relativo de esta partida en la estructura de gasto de los hogares se mantuviera igual que en el año 2021.
5. Según datos del Ministerio de Trabajo, siete de cada diez trabajadores carecen de cláusulas de salvaguarda en sus convenios colectivos, si bien la cifra de trabajadores protegidos con este instrumento ha aumentado respecto a la existente en diciembre de 2022 (21,08%) y enero de 2023 (27,2%) y se acerca a la de marzo de 2022, donde se llegó a superar el 29%. Los convenios que recogen cláusula de revisión afectan a algo más de 1,64 millones de trabajadores de los casi 6 millones amparados por los convenios registrados hasta febrero, el equivalente al 27,4% del total.
6. En 2022 los salarios en convenio, una vez aplicadas las cláusulas de revisión, han subido una media del 3,05% para los 9,8 millones de trabajadores que ya tienen registradas las condiciones salariales pactadas, por tanto los salarios han soportado en 2022 una acusada pérdida de poder adquisitivo. En 2023 (datos de enero), se habrían registrado 1.774 convenios colectivos, que cubren a 5,4 millones de trabajadores (casi la mitad de la población potencial cubierta con negociación colectiva) y con una subida salarial inicial pactada para este año del 2,81%, lo que refleja que los salarios pactados seguirán perdiendo poder de compra durante 2023, en el que la previsión de inflación media se en torno al 4%.
7. www.elplural.com/economia/cambio-narrativa-bce-empresas-estan-sacando-beneficio-inflacion_307581102
8. Encuesta de Presupuestos Familiares (INE) por niveles de renta.
9. Estos hogares son los que cuentan con una renta media neta inferior en un 60% a la mediana.
10. https://bonocesta.gva.es