Los grandes establecimientos comerciales descartan que la nueva norma pueda impactar en las ventas. No obstante, creen que necesitan más tiempo para hacer frente a los cambios
Los centros comerciales piden «flexibilidad» para aplicar el plan energético que ha puesto en marcha el Gobierno. Con modificaciones como el cierre automático de las puertas, el control de temperaturas, la instalación de termómetros visibles o el apagado de los escaparates a las 22 horas, estos establecimientos consideran que el plazo dado por el Ejecutivo no es suficiente.
El próximo 9 de agosto el grueso de estas obligaciones entrarán en vigor, una semana después de su anuncio; la excepción es la del cierre automático de puertas, cuyo límite es el 30 de septiembre. «A la vez que participamos de la aplicación de medidas que contribuyan a la disminución del consumo energético, pedimos flexibilidad en la aplicación de las mismas dado el escaso plazo de tiempo que se da para implementarlas y la dificultad, en la práctica, de poder llevarlas a cabo«, explican fuentes de la Asociación Española de Centros y Parques Comerciales (AECC) consultadas por Vozpópuli.
A juicio de esta patronal, «existen tipologías, actividades, momentos y aforos muy diferentes, tanto en el comercio en general, como en los mismos centros y parques comerciales que deben ser tenidas en cuenta». Además, explican, «esta nueva ley exigirá que algunas empresas deban realizar inversiones que no tenían previstas, por lo que incidimos en que se eviten perjuicios a los sectores del comercio, servicios y restauración».
Los centros comerciales descartan impacto en las ventas
Según defienden desde los centros comerciales, el obstáculo principal se encuentra en cómo aplicar la norma, no en el contenido de la misma. «Nuestro sector lleva mucho tiempo invirtiendo en la mejora de instalaciones y en la aplicación de políticas de sostenibilidad y ESG, en un ejercicio de responsabilidad con nuestro entorno. Entre otras muchas iniciativas, se está trabajando en la potenciación de la luz natural, la iluminación eficiente, el uso de energías renovables o la optimización en el uso del agua», enumeran desde la AECC.
En esta línea, estos establecimientos consideran que no será un problema limitar el aire acondicionado en verano a 27 grados como mínimo, al tiempo que en invierno no se podrá poner la calefacción por encima de 19 grados. «No prevemos que el consumo se vea afectado dado que hablamos de pequeñas variaciones de temperatura respecto a la normativa vigente y el consumidor es consciente de que se trata de medidas que afectan a la sociedad en su conjunto y todos los ciudadanos, sin excepción, debemos ser solidarios en esta nueva situación», insisten.
La patronal de los centros comerciales apunta a que la nueva normativa «no tiene por qué comprometer el bienestar de los consumidores, quienes seguirán encontrando en nuestros centros y parques comerciales, espacios perfectamente adaptados, confortables y placenteros donde disfrutar de su tiempo de ocio».
De la temperatura al alumbrado
A partir del día 9 de agosto, tanto los escaparates de las tiendas como los edificios públicos que en ese momento estén desocupados deberán apagar su alumbrado a las 22 horas. Con esta medida, que estará vigente hasta octubre de 2023, el Gobierno pretende reducir el consumo energético en el contexto de la guerra de Ucrania. Junto a esto, el Ejecutivo obligará a que la temperatura de comercios y grandes almacenes, cines o transportes se limite a 27 grados máximo en verano y 19 mínimo en invierno. Además, las puertas de los comercios deberán tener cierres automáticos.
Según anunció el Ejecutivo, aquellos inmuebles que hayan pasado la inspección de eficiencia energética antes del 1 de enero de 2021 «deberán someterse a una revisión extraordinaria antes del 31 de diciembre de 2022, de modo que todos los edificios con un consumo de climatización relevante hayan superado una inspección en los últimos dos años«.
Fuente: Vozpópuli
