La prueba de jornada de cuatro días en Valencia mejoró la salud, redujo la contaminación pero perjudicó al comercio

El experimento de la jornada laboral de cuatro días que se llevó a cabo en la ciudad de València -aprovechando una serie de lunes festivos en los pasados meses de mayo y abril ha generado una mejora de la salud y bienestar de los trabajadores y la calidad del aire, así como un aumento de actividad para la hostelería, pero ha supuesto una disminución del 20% en las ventas de los comercios y una mayor saturación de los servicios de urgencias médicas, según refleja el informe final realizado por el Ayuntamiento de Valencia para valorar la experiencia.

El Consistorio puso en marcha esta iniciativa piloto durante cuatro semanas en abril y mayo, mediante cuatro lunes, bajo la gestión del anterior gobierno formado por Compromís y PSPV-PSOE. Hoy está presidido por María José Catalá, del PP, con Vox como socio preferente.

El estudio, elaborado a partir sobre todo de una encuesta sobre 2.100 personas, “confirma que el tiempo libre extra del que han gozado estas personas se ha invertido en el desarrollo de hábitos que resultan beneficiosos para la salud”. Se ha dedicado más tiempo a hacer deporte, a descansar y a consumir alimentos preparados en casa. No obstante, quienes consumen tabaco y alcohol lo han hecho en mayor medida.

Además, los datos muestran una mejora en la autopercepción sobre el estado de salud, una significativa reducción de los niveles de estrés y mejores sensaciones con respecto al cansancio, la felicidad, el estado de ánimo y la satisfacción personal en comparación con aquellas personas que no han disfrutado de la reducción de la jornada laboral.

La conciliación y el equilibrio entre la vida laboral y personal también ha mejorado para quienes han participado en este ensayo, que afirman haber aumentado el tiempo dedicado a amigos y familiares, a la atención de las personas dependientes, al cuidado de niños y niñas y al autocuidado.

Las personas encuestadas afirman haber dedicado mayor tiempo al desarrollo de actividades culturales y educativas o a visitar parques, jardines y espacios naturales.

Por otro lado, el informe refleja que la jornada laboral de cuatro días podría contribuir a la pacificación del tráfico y que la calidad del aire también fue mejor durante los lunes en los que ha estado vigente la experiencia piloto habiéndose registrado un menor porcentaje de presencia de NO2. No se puede concluir que se haya reducido el consumo energético y el ruido porque los datos son insuficientes.

La reducción de la jornada laboral ha producido resultados diferentes en los sectores económicos estudiados. El turismo, la hostelería y los modelos de negocio basados en las propuestas de consumo durante el tiempo de ocio se han visto beneficiados mientras que el comercio y el sector sociosanitario pueden haberse visto afectados de manera negativa.

Trasvase al sector del ocio

En ese sentido, el sector comercial ha manifestado haber disminuido sus ventas durante este periodo como consecuencia del día escogido para ser declarado festivo (el lunes) y del trasvase del gasto al sector del ocio. La ciudadanía ha considerado el cierre de los comercios como un aspecto negativo de esta experiencia.

Los representantes del sector manifestaron que en abril bajaron las ventas alrededor de un 20%, pese a que la mayoría de los pequeños comercios abrieron sus puertas. Según su opinión, hubo un trasvase de gasto desde el comercio al ocio. Además, marzo suele aparejar escasez de ventas por las Fallas y los lunes son un día de ventas altas “por lo que haber elegido este día para hacer el experimento ha sido una de las principales causas de las pérdidas económicas que dicen haber tenido”, concluye el informe.

Al preguntar a la ciudadanía cuáles han sido los impactos negativos de la medida, el 11,7% apunta al hecho de que los comercios estuvieran cerrados, la segunda opción más señalada.

Por otro lado, el informe apunta a una sobresaturación en los servicios de urgencias médicas debido al cierre de los centros de atención primaria durante el periodo en el que se ha desarrollado el piloto.

La hostelería y el turismo han atendido a un mayor número de clientes, ya que 57,4% de las personas encuestadas ha pasado más tiempo en bares, terrazas y pubs. El personal de este sector no ha podido disfrutar de la reducción de la jornada laboral en un día y los empleadores han debido abonar las horas correspondientes como un día de trabajo ‘extra’. Sólo el 1,6% afirmó que había podido disfrutar de la jornada de cuatro días.

“Parece que el colectivo de profesionales de este sector ha tenido que trabajar más horas de las habituales, por lo que una medida como esta podría generar nuevos puestos de trabajo”, señala el informe.

La infancia constituye uno de los grupos más beneficiados por la jornada de cuatro días. Los hijos e hijas, además de haber pasado más tiempo con sus familias, han disfrutado de más actividades de ocio y recreación. “Más tiempo libre para los progenitores, en general, repercute positivamente en el capital educativo de los menores, reduce el estrés y genera mayor interacción familiar”, destaca el estudio.

Con todo ello, el informe recomienda que el modelo de reducción de jornada laboral debe adaptarse a las especificidades de cada empresa. Aconseja que “el tipo de reducción horaria sea objeto de negociación colectiva” a partir de un marco normativo de carácter nacional que establezca el límite de horas que se pueden trabajar semanalmente.

Paralelamente, considera que cabría adecuar el marco legal para permitir que aquellas empresas que deseen implementar una reducción de la jornada laboral puedan hacerlo sin tener que mermar las contribuciones a la seguridad social de su personal. Según la legislación vigente, un trabajador o trabajadora que no tiene un contrato de 40 horas no cotiza al 100%.

El informe señala que “una medida de reducción de la jornada laboral podría suponer una oportunidad para disminuir el número de contratos a tiempo parcial que recaen muy mayoritariamente, sobre las mujeres”.

El anterior alcalde y actual portavoz de Compromís en el Ayuntamiento de València, Joan Ribó, ha valorado el efecto positivo de la experiencia. València es “la primera ciudad en el mundo que ha puesto en marcha una experiencia piloto de la jornada laboral de 32 horas o cuatro días” mientras que “muchos otros países y sectores empresariales como el del metal en Alemania tienen experiencias similares pero nunca una ciudad lo había hecho hasta ahora”. Considera que “es un indicador de que al PP, al igual que la mayoría de los empresarios, no les gusta la reducción de jornada. Pero debemos decir que en contra de su opinión, los resultados sobre el impacto de esta jornada laboral en la ciudad han sido positivos en muchos sectores como la hostelería y el turismo, se han equiparado las horas de trabajo y el nivel de productividad, ha habido una pacificación del tráfico, una mejora de la calidad del aire”.

Por su parte, la concejal de Turismo y Empleo, Paula Llobet, ha puesto el foco en los efectos negativos que ha supuesto la experiencia en el comercio y en la mayos asistencia a los urgencias de los hospitales al estar cerrados los centro de salud. “Los resultados son claros, el gran perjudicado es el comercio y también los centros sanitarios, por tanto a daña a la economía y al sistema sanitario”, ha señalado en declaraciones recogidas por Radio Valencia Cadena Ser. También Vox, socio preferente del PP en el Ayuntamiento se ha mostrado crítico.

Fuente: Cinco Dias

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